La Agencia de Normas Alimentarias en Reino Unido (FSA) es la responsable junto con las autoridades locales del control oficial de productos alimentarios; a finales del 2016 alertó a las compañías para que procediesen a subsanar las no conformidades detectadas en varias auditorías e inspecciones, sin embargo no se emprendieron medidas correctoras y se encontraron nuevas no conformidades en las llevadas a cabo entre junio y agosto de 2017.
La empresa situada en Osset, Yorkshire, estaba cometiendo infracciones a la hora de manipular y limpiar las canales, pero aún así se declaró inocente. Mientras que la segunda empresa situada en Birmingham fue declarada culpable de cuatro delitos de higiene alimentaria, entre ellos el incumplimiento de la obligación legal que supone a las empresas implantar y mantener actualizado el sistema APPCC ( Análisis de Puntos Críticos de Control) correspondiente al Reglamento (CE) nº 852/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de Mayo de 2003, relativo a la higiene de los productos alimenticios.